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Protocolo de Bioseguridad: porqué y cómo. Por el Ing. Juan Medrano

Dentro del marco de la realidad imperante, a raíz de la situación sanitaria a nivel mundial, determinada por el SARS-CoV2 y en virtud de actuar preventivamente para evitar la propagación de la COVID-19, se hace necesaria la implementación de Normas específicas para la reanudación segura y productiva de las distintas actividades.

Sin duda alguna, hoy vemos la existencia de un sinnúmero de Protocolos establecidos para los distintos sectores del mundo del trabajo, por ejemplo la SRT, a través de la Resol. N° 39/20, creó la Comisión de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, la cual establece el marco general para los Protocolos en el ámbito laboral. Es necesario conocer y tener conciencia de: qué son y para qué sirven estas Normas, como así también cuándo y cómo aplicarlas; dejando en evidencia la necesidad imperiosa de tener en cuenta cierta logística para que los involucrados o destinatarios, en trabajo de equipo, logren los resultados esperados y no quede todo en una simple y buena intención o formalidad.

La aplicación de un Protocolo requiere de acciones específicas para que sea exitoso, estas se pueden clasificar en administrativas y técnicas o ingenieriles, las cuales deben estar documentadas para así tener un seguimiento y evaluación de resultados, lo que permitirá también realizar las adecuaciones necesarias. Esto nos indica que debemos favorecer y aplicar la conocida dinámica del Ciclo de Demig: Planificar-Hacer- Revisar-Actuar o corregir, lo cual permitirá lograr la mejora continua en los objetivos planteados.

A todo esto, es importante destacar que todo Protocolo de Bioseguridad, como en este caso, que se encuentra referido a un Agente de Riesgo Biológico, debe ser acompañado por acciones serias y comprometidas, ya que trata de algo que no vemos ni percibimos (un virus), pero que nos puede afectar seriamente. Estas acciones se deberían enmarcar dentro de las siguientes Técnicas Operativas de Seguridad y prevención: Capacitación – Señalización – Normalización – Protección.

La capacitación, el adiestramiento, la comunicación de objetivos y la supervisión, son fundamentales para que los involucrados o destinatarios adopten una conducta dinámica y comprometida, lo cual es necesario para éxito del Protocolo.

Juan Medrano - Ing. A.P.E.H.S.T.

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